Este verano se preveía que podía ser, más o menos, dentro de la nueva normalidad “una luz de esperanza para todos”  habíamos estados muchos días sin contagios, pero no…, todo fue un espejismo.

La semana pasada nos establecieron un cierre perimetral para Miajadas que no terminamos de comprender y que hace un GRAN daño al tejido comercial y empresarial. Un cierre sin sentido,  porque en la misma resolución que se establece indican una excepción a la restricción, para las personas que acrediten fehacientemente, mediante documentación válida emitida por el Sistema Sanitario de Salud, que poseen las pautas completas de vacunación; es decir, que pueden salir y entrar sin problemas de la localidad. Pero además, le sumamos una nota interpretativa oficial para la delimitación,  que indica que la justificación del desplazamiento se extenderá al núcleo familiar, considerando como tal a los descendientes cuya edad no exceda de 25 años u otros convivientes que tengan la consideración de dependientes y se encuentre a cargo del desplazado autorizado. Por lo cual, una persona que este vacunada puede entrar y salir de Miajadas sin problemas, y si además le acompaña sus hijos, pues tampoco pasa nada. Para volvernos locos y confundir a las personas que cada día vienen a Miajadas de compras o hacer otras gestiones. Como decimos un cierre sin sentido, que sólo afecta a jóvenes que vengan  a Miajadas de compras o copas y no vengan acompañados por sus padres.

Y sigue sin tener sentido porque las vacunaciones afortunadamente cubren a una población muy alta, nuestra comunidad puede presumir de ello, y por eso, lo más lógico es establecer otros criterios  para controlar las incidencias y el aumento de contagios, porque a estas alturas, las que hay no es efectiva.

Pero no, no termina aquí el disgusto de los establecimientos comerciales y empresariales, porque desde ayer en toda Extremadura vuelven a pagar los de siempre, las reducciones y restricciones  otra vez para ellos, los que controlan el aforo, limpian, desinfectan y cumplen las normas sanitarias; ya está bien de castigar y volver a castigar a los mismos. Quien lo haga mal, que la ley actúe sobre ellos, pero que no paguen “justos por pecadores”, se está agotando la paciencia del tejido empresarial. Se debe actuar sobre los focos no controlados y no sobre los que cumplen con todas las normas. Nuestra asociación rechaza estas medidas porque vuelven a recaer y perjudicar a los comerciantes y empresarios. Basta YA. En este barco nos hundimos todos.

Al mismo tiempo, sugerimos que igual las recomendaciones establecidas en protocolos que te indican los rastreadores y las de los médicos deben estar más unificadas para evitar propagar el virus. Y lo decimos, por experiencia propia.